Si Dayot Upamecano lo que quería era lanzar el currículum al buzón de Pep Guardiola, igual esta no es la manera. Y es que, pese a llevar puesta la camiseta del Bayern de Múnich, casi algún espectador pudo pensar si podía sufrir daltonismo porque en muchas ocasiones pareció vestir de 'sky blue'.
El germano es un central de élite. Eso está fuera de duda. Pero también que hay en ocasiones que en lugar de salir Mr Jekyll sale Mr Hyde. Y que peor que eso suceda en unos cuartos de final de la Champions League y menos en el Etihad. Pero el Bayern de Múnich compró a Upamecano con sus virtudes, que son muchas, y sus puntuales defectos, que son groseros, y le ha tocado pagar el pato.
No hay adjetivos calificativos para hablar del partido del ex del Leipzig, que muy probablemente centrará la furia de la prensa germana. No estuvo sin balón, y mucho menos con él. Si que es cierto que las jugadas que darán la vuelta al mundo fueron las que hizo con el esférico bajo los pies, especialmente la del segundo tanto del City, con una pérdida sin sentido ante Jack Grealish. Pero no fue la única cosa extraña. Pases inverosímiles, cesiones comprometidas a Sommer o balones directamente a los rivales.
El City vio que era de esos partidos de Upamecano, olió la sangre y el resto fue historia. Porque no estuvo mejor si balón. Le cogieron las espaldas, se le vio fuera de sitio y comprometió a un De Ligt desbordado. El resultado, una eliminatoria casi resuelta para los de Pep Guardiola.
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